Rudolf Santiago Camargo Restrepo dice que admira al contrabajista ruso Rinat Ibragimov, “no solo como solista sino también desde lo orquestal”.
A sus 19 años, Rudolf Santiago ha dedicado 13 a ensayar un instrumento tan grande como sus capacidades y sus aspiraciones: el contrabajo. Y ha decidido definitivamente formarse profesionalmente en la música.
Cuenta que en su familia tiene el apoyo que ha necesitado. Especialmente por parte de su madre, quien lo ha acompañado incansablemente en su proceso de formación con Batuta.
Del contrabajo le gusta todo, “desde cómo suena hasta su composición.” Asegura que Batuta es su segundo hogar. Para él “ha sido increíble: allí he crecido no solo de manera musical sino también como persona.”
Y si la suite de Saint Paul lo transporta a otro mundo que solo visita cuando escucha esa obra; su admiración por el ruso Ibragimov (fallecido en 2020 durante la pandemia de Covid19) no decrece con su partida. Dice que del contrabajista le gustaría tener varios aspectos de su manera de interpretar un instrumento que, siente, le queda a su medida.