El poder transformador de la música

900 niñas, niños y adolescentes participaron en el proyecto ‘Sueño, canto y danzo por la vida’

Bogotá D.C., diciembre 17 de 2019. Con el objetivo de desarrollar acciones orientadas a la promoción de los derechos y a la prevención de las vulneraciones de los niños, niñas y adolescentes en contexto territoriales de riesgo, mediante la práctica musical, combinada con el baile y la expresión corporal; el proyecto benefició directamente a 900 niñas, niños y adolescentes de los municipios de Inírida y Barrancominas en Guainía; Mitú, Carurú y Taraira en Vaupés; y Leticia y Puerto Nariño en Amazonas.

En este programa se incorporan elementos diferenciales y se acogen estéticas artísticas y musicales diversas que dialogan con los contextos y con las particularidades de los participantes.

Los beneficiaros participaron de dos programas: ‘Voces de la Esperanza’ diseñado para niños, niñas y adolescentes entre los 6 y 13 años; y ‘Música y Movimiento’, para adolescentes entre los 14 y 17 años.

Con el programa ´Voces de la Esperanza´, se desarrolló un trabajo vocal enfocado en la entonación, en el desarrollo de la corporalidad musical y en la exploración vocal. Este programa buscó generar espacios de práctica, aprendizaje y creación de la música con participantes que se encuentran en contextos de vulnerabilidad y riesgo social. Del total de participantes de este programa, el 91% corresponde a población indígena.

Como resultado de este proceso creativo se compusieron 16 canciones que abordan temas como: la naturaleza que los rodea, invitación a los adultos a vivir la vida de los niños y las niñas, el amor a la música y a la familia, la diversidad étnica, el amor por su territorio y actividades domésticas de caza, pesca y cultivos.

En el segundo programa, ’Música en movimiento’, el trabajo se centró en la exploración corporal, trabajo en equipo, en el uso de ritmos variado y técnicas dancísticas con diferentes géneros musicales. Este programa estuvo orientado a la generación de espacios para la sensibilización artística, e integró la música y la corporalidad en un ejercicio de inclusión y experimentación de estéticas y técnicas diversas. En este programa el 72% de la población atendida fue indígena.

La implementación del proyecto ‘Sueño, Canto y Danzo por la vida’, promovió el sentido de vida de los participantes a partir de los espacios de encuentro y amistad; los participantes lograron expresar sus emociones a través del arte y descubrir nuevas habilidades. Se logró vincular a los diferentes grupos étnicos presentes en el territorio con el fin de promover la integración, el intercambio de experiencias y emociones y el trabajo colaborativo para lograr un fin común. A su vez, esta fue una oportunidad para que la comunidad reconociera el valor de sus culturas ancestrales a partir del reconocimiento de las lenguas propias, de las cosmovisiones frente a sus orígenes y del significado de pertenecer a un clan.

Con este proyecto se logran transformaciones en el desarrollo personal, familiar y comunitario. La participación en procesos de formación musical fortalece los valores para la convivencia, el sentido de responsabilidad, el trabajo en equipo, la superación y solución de problemas lo que representa un alto grado de confianza en torno al desempeño escolar y a la consolidación de su proyecto de vida. La música es un punto de encuentro, un espacio que facilita el diálogo y la construcción de capital social.